martes, 15 de abril de 2014

Criterios para alojar a los pichones en las voladeras

Voladera 90 centimetros. Aviario: Ernesto Ramos
En las últimas semanas es la pregunta que mas me han hecho en privado aunque estoy casi seguro que ya he escrito algo de esto en el pasado. La pregunta en cuestión es: ¿Qué criterios sigo para alojar a los jóvenes timbrados en las voladeras? 

Lo primero decir como en muchos tópicos relativos a esta afición que no hay nada escrito en piedra y que cada quien suele hacer lo que le funciona, claro, es conveniente razonar cual es el mejor criterio a emplear dentro de las realidades propias de cada aviario. He visto desde los mas complicados sistemas: alojamiento de solo machos clasificados por familias o tipos de canto o repertorio hasta los mas simples, dentro de estos últimos está el mío.

¿Se deben separar los machos de las hembras en la voladera?

De acuerdo a mi criterio no, yo los dejo independientemente del sexo, mi razonamiento es que es conveniente un balance, que debe haber un desarrollo "social" dentro del mini-ecosistema que se forma y que un exceso de machos genera muchas riñas, celo anticipado y por ende disminuye el tiempo que mas me interesa para los pichones: el repaso.

¿Cuantos pichones por voladera?

No pongo mas de diez, por varias razones, la principal es el riesgo de que un pichón con faltas arrastre al resto de la voladera, con un máximo de diez ejemplares entre machos y hembras este riesgo está mitigado.
Por otro lado, el hacinamiento genera problemas de pica je y distorsiona la evolución normal de los pichones

¿Y cuál otro criterio es importante?

Que los pichones sean lo mas cercanos posible desde el punto de vista de edad, se evitan muchas complicaciones de acople y agresión. A medida que voy destetando los voy colocando juntos.

Posaderos de 5 centímetros

Y no quiero restarle importancia al espacio físico disponible de perchas dentro de la voladera, éste debe garantizar que hay un 30% mas del necesario, es decir como si hubiéramos alojado unas 13 o 14 aves.  Esto lo suelo lograr mediante unos mini-posaderos de 5 centímetros  muy económicos que coloco en el fondo de la jaula. 



Todas estas medidas me permiten generar cierta aleatoriedad en cuanto a repertorios dentro de las diferentes voladeras así como evitar los problemas comunes al periodo de muda y garantizar un proceso de educación estable.